Porque estás en el mundo y esa es la mejor manera de estar en sintonía con la vida.
Porque vas a convivir contigo el resto de tu vida.
Porque nadie va a venir a rescatarte si no te encargas tú de ello.
Porque es la mejor manera de aportar alegría a quienes te quieren.
Porque resulta muy atractivo.
Porque es muy gratificante poder auto-elogiarse sin complejos.
Porque casi todos tus esfuerzos en la vida directa o indirectamente te llevan a ello. En el propio instinto de supervivencia hay un poco de amor propio.
Porque si te quieres eliges lo mejor para ti sin perjudicar al resto.
Porque si te quieres elegirás relaciones de calidad, alimentos de calidad, ropa de calidad, trabajo de calidad...
Porque si te quieres estás eligiendo una actitud positiva hacia ti mismo/a y las actitudes positivas se atraen entre ellas.
Porque queriéndote sirves de ejemplo y contribuyes a mejorar el mundo.
Porque es saludable.
Porque mejora tu postura. Sí. Prueba a decirte frente a un espejo con convencimiento “me quiero” y mira lo que hace tu cuerpo.
Porque es lo natural. De pequeños/as lo tenemos claro: nos sentimos seres valiosos. Luego, nos vamos contaminando de creencias limitadoras. Pero nacemos queriéndonos.
Porque si tenemos alternativas, ¿por qué no elegir quererse?
Porque quererse es una fuerza motivadora.
Porque es funcional.
Porque inspira respeto.
¿Qué es quererte?
Quererte es respetar tus espacios, tus tiempos, valorar tus virtudes, corregir tus errores y aceptar tus debilidades.
Quererte es cuidar tus deseos y tus necesidades.
Quererte es pedir ayuda si la necesitas.
Quererte es ser capaz de decir que Sí y también que No.
Quererte es no necesitar alcanzar la perfección, salvo que te apetezca mucho y no te esclavices en el intento.
Quererte es sentirte responsable de tus decisiones.
Quererte es tener sentimientos y opiniones y elegir cuándo y dónde expresarlos.
Quererte es sentirte una naranja entera.
Quererte es todo lo anterior y es quererlo también para los demás. Pues si te quieres, querrás también un entorno en armonía.
Yurena Rodríguez.
Psicóloga.