top of page
  • Foto del escritorYurena Rodríguez

Cómo ser un poco más optimista cada día


Las personas optimistas, ¿consiguen sus objetivos porque son optimistas o son optimistas porque consiguen sus objetivos?

Hay personas más optimistas que otras, eso es cierto. Pero, no existen personas 100% optimistas. Podríamos decir que, más bien, existe una tendencia a comportarse de una forma determinada. El optimismo, lejos de ser una característica estable e inmutable de la personalidad lo podemos considerar una actitud, por tanto, se puede aprender a serlo o actuar bajo ese prisma con más frecuencia.

Las personas que actúan con optimismo tienden a:

Valorar su capacidad para hacer frente a los problemas.

Centrarse en la parte positiva de las situaciones (filtraje positivo).

Centrarse en las soluciones.

Tener esperanza en el futuro.

Desdramatizar.

Cambiar el final o añadir un final positivo a las frases, como:

“Qué frío hace hoy” por el final “…es un momento estupendo para estrenar mi abrigo”

“Mi amigo Carlos es muy impuntual” por el final “…pero, merece la pena esperarle porque es muy divertido”

“Hoy no podré salir de casa por el mal tiempo” por el final “…así que será la oportunidad perfecta para empezar con el nuevo libro y organizar una merienda”

Sin embargo, es aconsejable tener en cuenta los riesgos de ser excesivamente optimistas:

Puedes caer en el riesgo de ver el mundo de color de rosa y no luchar por la mejora de la naturaleza, la justicia social y otras causas.

Perdonar en exceso sin establecer unos límites saludables que te aseguren tu derecho al respeto.

No esforzarte por mejorar en tus áreas débiles porque consideras que ya todo es perfecto.

Sobreestimar las propias capacidades y asumir riesgos perjudiciales.

Puedes ser excesivamente ingenuo y no ver las posibles amenazas.

Por otro lado, entre los beneficios de practicar el optimismo estarían:

Mejoras tu estado de ánimo y tu autoestima.

Mejoras tu resiliencia (capacidad para salir fortalecido de las situaciones complicadas).

Contagias tu estado de ánimo a las personas cercanas.

Te enfrentas a los problemas con más decisión.

Mejoras tu salud, en general.

Aumentas tu perseverancia.

Te sientes más vital.

Reduces el estrés.

Como verás, ser optimistas puede traernos desventajas si lo intentamos aplicar en exceso. Pero, puede traernos grandes beneficios si lo aplicamos un poquito cada día, en especial, si lo usamos como una herramienta para la consecución de nuestros objetivos y para afrontar aquellas situaciones donde el miedo irracional nos impide disfrutar del presente y evita que caminemos hacia nuestras metas.

P.D.: prueba a elaborar frases optimistas y colócalas en el candelario en días determinados. Si usas el calendario del teléfono móvil puedes configurar avisos con tus frases preferidas. También puedes probar a dejarlas en el bolso, debajo de tu almohada o en aquellos lugares a los que tarde o temprano accederás.

Yurena Rodríguez.

Psicóloga.

bottom of page